domingo, 14 de noviembre de 2010

Pero siempre dejarse llevar

Tener calor pero frío en las manos, o ser capaz de encontrar oscuridad en la luz y no al revés. Buscar dulzura y encontrarla al morder un limón tras tomarse un tequila. Ennegrecer la nieve con un reguero de pólvora, deshacer la bruma con un soplido o añorar lo que siempre quisiste mantener a raya. Reírte mientras lloras o llorar de la risa, o enmudecer la nostalgia drogándola con alcohol. Tirarlo todo por la borda, fugarse del mundo, llegar al tuyo y perderse en el camino. Fumarse las horas y escupir recuerdos. Escribir a ras de piel y encontrar siempre el momento preciso. Morir si hace falta en el intento. Colgarse de la luna y abatir estrellas fugaces, rasgar el cielo con los dedos o hundirse en las profundidades del mar. Respirar agua y exhalar segundos. Perder años y ganar experiencias. Morir de día y resucitar cada noche. Manejar las caderas sobre tu abdomen, saber escuchar. Hablar con la mirada, reprimir sonrisas y desatar lágrimas. Bañarse en café y curarse las heridas con sal. Aunque escuezan. Bailar desnuda y sin embargo vestirse para hacer el amor. Aprovecharse de la rabia, sacar partido del dolor. Desatar la razón y disparar sentimientos. A bocajarro. Cerrar los ojos y en un susurro abrirse el alma en dos. Y luego, de golpe, enamorar a un cometa, confiar en el riesgo, destronar a algún rey, desatar una guerra, teñir de negro el amor. Destilar emociones, pactar con el diablo, desatarse con cualquier canción. Encharcar los pulmones con risas, desnutrir a la tristeza y teñirla con algo de color. Llenarse las venas de tinta y arte, escribir con sangre, desangrarse si es necesario por lo que se quiere. Conseguir que cada domingo sea especial. Ser suave como el peligro y áspera como la tranquilidad. Poner punto y final a unos puntos suspensivos. Saber cuando hay que rendirse. Demandar cariño, robar besos y liberar caricias. Desatar las alas y echar a volar. Follarse al viento y jamás poner diques al mar. Y aunque no te quede tiempo, simplemente, siempre dejarse llevar…